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Mitología griega (página 2)



Partes: 1, 2

  1. b.- FUENTES
    ARQUEOLÓGICAS

Aquiles matando a un prisionero troyano frente a Caronte
en una crátera-cáliz de figuras rojas etrusca
hechas sobre finales del siglo IV o principios del
III adC.

El descubrimiento de la civilización
micénica por el arqueólogo aficionado alemán
Heinrich Schliemann en el siglo XIX y el de la
civilización minoica en Creta por el arqueólogo
británico Sir Arthur Evans en el XX ayudaron a explicar
muchas de las cuestiones sobre las épicas de Homero y
proporcionaron pruebas
arqueológicas de muchos de los detalles mitológicos
sobre dioses y héroes. Desafortunadamente, la evidencia
sobre mitos y
rituales en los yacimientos micénicos y minoicos es
completamente monumental, como las inscripciones en lineal B (una
forma antigua de griego hallado tanto en Creta como en Grecia) que
fueron usadas principalmente para registrar inventarios, si
bien los nombres de dioses y griegos han sido dudosamente
revelados.

Los diseños geométricos sobre cerámica del siglo VIII adC representan
escenas del ciclo troyano, así como las aventuras de
Heracles. Estas representaciones visuales de los mitos son
importantes por dos razones: por una parte muchos mitos griegos
son atestiguados en vasijas antes que en fuentes literarias (de
los doce trabajos de Heracles, sólo la aventura de Cerbero
aparece por vez primera en un texto
literario), y por otra las fuentes visuales representan a veces
mitos o escenas míticas que no están recogidas en
ninguna fuente literaria conservada. En algunos casos, la primera
representación conocida de un mito en el
arte
geométrico es anterior en varios siglos a su primera
representación conocida en la poesía
arcaica tardía. En los periodos arcaico (c. 750-500 adC),
clásico (c. 480-323 adC) y helenístico aparecen
escenas homéricas y varias otras para complementar las
evidencias
literarias existentes.

  1. 1.2 VISIÓN GENERAL DE LA HISTORIA
    MÍTICA

La mitología de los griegos ha cambiado con el
tiempo para
acomodar la evolución de su propia cultura. Los
primeros habitantes de la Península Balcánica
fueron un pueblo agricultor que asignaba un espíritu a
cada aspecto de la naturaleza.
Finalmente, estos vagos espíritus asumieron forma humana y
entraron en la mitología local como dioses y diosas.
Cuando las tribus del norte invadieron la península,
trajeron con ellos un nuevo panteón de dioses, basado en
la conquista, la fuerza, el
valor en la
batalla y el heroísmo violento. Otras deidades más
antiguas del mundo agrícola se fusionaron con las de los
más poderosos invasores o bien se atenuaron en la
insignificancia.

Tras la mitad del periodo arcaico los mitos sobre
relaciones entre dioses y héroes se hicieron más y
más frecuentes, indicando un desarrollo
paralelo de la pederastia pedagógica
(παιδικός
ἔρως paidikos eros),
que se cree fue introducida sobre el 630 adC. Para finales del
siglo V adC los poetas habνa asignado al menos un
erómeno a todos los dioses importantes salvo Ares y a
muchos personajes legendarios. Los mitos previamente existentes,
como el de Aquiles y Patroclo, fueron reinterpretados bajo una
luz pederasta.
Los poetas alejandrinos primero y luego más generalmente
los mitógrafos
literarios del antiguo Imperio Romano
adaptaron a menudo historias de personajes mitológicos
griegos.

El logro de la poesía épica fue crear
ciclos históricos, y como resultado de ello desarrollar un
sentido de cronología mitológica. Así la
mitología
griega se despliega como una fase del desarrollo del mundo y
el hombre.
Aunque las contradicciones presentes en las propias historias
hacen imposible una línea temporal absoluta, sí
puede discernirse una cronología aproximada. La historia
mitológica del mundo puede dividirse en 3 o 4 grandes
periodos:

  1. Los mitos de origen o edad de los
    dioses
    (teogonías, ‘nacimientos de los
    dioses’): mitos sobre los orígenes del mundo, los
    dioses y la raza humana.
  2. La edad en la que hombres y dioses se mezclaban
    libremente
    : historias de las primeras interacciones entre
    dioses, semidioses y mortales.
  3. La edad de los héroes (edad heroica),
    donde la actividad divina era más limitada. Las
    últimas y mayores leyendas
    heroicas son las de la Guerra de Troya y sus
    consecuencias (consideradas por algunos investigadores como un
    cuarto periodo separado).

Mientras la edad de los dioses ha sido con frecuencia
más interesante para los estudiosos de la mitología
contemporáneos, los autores griegos de las eras arcaica y
clásica tuvieron una clara preferencia por la edad de los
héroes. Por ejemplo, las heroicas Ilíada y Odisea
empequeñecían a la Teogonía y los himnos
homéricos tanto en extensión como en popularidad.
Bajo la influencia de Homero el culto heroico llevó a una
reestructuración de la vida espiritual, expresada en la
separación del reino de los dioses del reino de los
(héroes) muertos, es decir, los olímpicos de los
ctónicos. En Los trabajos y los días Hesíodo
hace uso de un esquema de cuatro edades del hombre (o
razas): de oro, de plata,
de bronce y de hierro. Estas
razas o edades son creaciones separadas de los dioses,
correspondiendo la edad dorada al reinado de Crono y siendo las
siguientes razas creación de Zeus. Hesíodo
intercala la edad (o raza) de los héroes justo tras la
edad de bronce. La última edad fue la de hierro, durante
la cual vivió el propio poeta, que la consideraba la peor
y explicaba la presencia del mal mediante el mito de Pandora. En
Las metamorfosis Ovidio sigue el concepto de
Hesíodo de las cuatro edades.

  1. Los «mitos de origen» o «mitos
    de creación» representan un intento por hacer
    comprensible el
    universo en términos humanos y explicar el
    origen del mundo. El relato más ampliamente aceptado
    del comienzo de las

    cosas tal como lo recoge la Teogonía de
    Hesíodo empieza con el Caos, un profundo
    vacío. De éste emergió Gea (la
    Tierra) y algunos otros seres divinos primordiales:
    Eros (Amor),
    el Abismo (el Tártaro) y el Érebo. Sin ayuda
    masculina Gea dio a luz a Urano (el Cielo), que entonces la
    fertilizó. De esta unión nacieron, primero,
    los Titanes (Océano, Ceo, Crío,
    Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis,
    Mnemósine, Febe, Tetis y Crono), luego los
    Cíclopes de un solo ojo y los Hecatónquiros o
    Centimanos. Crono («el más joven, de mente
    retorcida, el más terrible de los hijos [de
    Gea]») castró a su padre y se convirtió
    en el gobernante de los dioses con su hermana y esposa Rea
    como consorte y los otros Titanes como su corte. Este tema
    de conflicto padre-hijo se repitió
    cuando Crono se enfrentó con su hijo, Zeus, que
    persuadido por su madre le desafió a una guerra
    por el trono de los dioses. Al final, con la ayuda de los
    Cíclopes (a quienes liberó del
    Tártaro), Zeus y sus hermanos lograron la victoria,
    condenando a Crono y los Titanes a prisión en el
    Tártaro.

    El pensamiento griego antiguo sobre
    poesía consideraba la teogonía como el
    género poético
    prototípico —el mythos
    prototípico— y le atribuían poderes
    casi mágicos. Orfeo, el poeta arquetípico,
    era también el arquetipo de cantante de
    teogonías, que usaba para calmar mares y tormentas
    en las Argonáuticas de Apolonio, y para conmover los
    pétreos corazones de los dioses del inframundo en su
    descenso al Hades. Cuando Hermes inventa la lira en el
    Himno homérico a Hermes, lo primero que hace es
    cantar el nacimiento de los dioses. La Teogonía de
    Hesíodo no es sólo el relato sobre los dioses
    conservado más completo, sino también el
    relato conservado más completo de la función arcaica de los poetas, con su
    larga invocación preliminar a las Musas. La
    teogonía fue también el tema de muchos
    poemas
    hoy perdidos, incluyendo los atribuidos a Orfeo, Museo,
    Epiménides, Abaris y otros legendarios profetas, que
    se usaban en rituales privados de purificación y en
    ritos mistéricos. Hay indicios de que Platón estaba familiarizado con
    alguna versión de la teogonía órfica.
    Unos pocos fragmentos de estas obras se conservan en citas
    de filósofos neoplatónicos y
    fragmentos de papiro recientemente desenterrados. Uno de
    estos fragmentos, el papiro de Derveni, demuestra
    actualmente que al menos en el siglo V adC existía
    un poema teogónico-cosmogónico de Orfeo. Este
    poema intentaba superar a la Teogonía de
    Hesíodo y la genealogía de los dioses se
    ampliaba con Nix (la Noche) como un comienzo definitivo
    antes de Urano, Crono y Zeus.

    Los primeros cosmólogos reaccionaron
    contra, o a veces se basaron en, las concepciones
    míticas populares que habían existido en el
    mundo griego por algún tiempo. Algunas de estas
    concepciones populares pueden ser deducidas de la
    poesía de Homero y Hesíodo. En Homero, la
    Tierra
    era vista como un disco plano flotando en el río de
    Océano y dominado por un cielo semiesférico
    con sol, luna y estrellas. El Sol (Helios) cruzaba los
    cielos como auriga y navegaba alrededor de la Tierra en una
    copa dorada por la

    noche. Podían dirigirse oraciones y prestar
    juramento por el sol,
    la tierra, el cielo, los ríos y los vientos. Las
    fisuras naturales se consideraban popularmente entradas a
    la morada subterránea de Hades, hogar de los
    muertos.

    1. Árbol Genealógico de la
      Mitología Griega

  2. 1.3 LA EDAD DE LOS DIOSES – COSMOGONÍA Y
    COSMOLOGÍA

III. DIOSES GRIEGOS

La Mitología griega son creencias y observancias
rituales de los antiguos griegos, cuya civilización se fue
configurando hacia el año 2000 a.C. Consiste
principalmente en un cuerpo de diversas historias y leyendas
sobre una gran variedad de dioses. La mitología griega se
desarrolló plenamente alrededor del año 700 a.C.
Por esa fecha aparecieron tres colecciones clásicas de
mitos: la Teogonía del poeta Hesíodo y la Iliada y
la Odisea del
poeta Homero.

La mitología griega tiene varios rasgos
distintivos. Los dioses griegos se parecen exteriormente a los
seres humanos y revelan también sentimientos humanos. A
diferencia de otras religiones antiguas como el
hinduismo o el judaísmo, la mitología griega no
incluye revelaciones especiales o enseñanzas espirituales.
Prácticas y creencias también varían
ampliamente, sin una estructura
formal — como una institución religiosa de gobierno
ni un código
escrito, como un libro
sagrado.

  1. Los griegos creían que los dioses
    habían elegido el monte Olimpo, en una región
    de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo,
    los dioses formaban una sociedad
    organizada en términos de autoridad
    y poderes, se movían con total libertad y
    formaban tres grupos que
    controlaban sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y
    la tierra.

    Los doce dioses principales, habitualmente llamados
    Olímpicos, eran Zeus, Hera, Hefesto, Atenea, Apolo,
    Artemisa, Ares, Afrodita, Hestia, Hermes, Deméter y
    Poseidón.

    3.1 DIOSES MAYORES

    Estos Dioses son también denominados como
    Olímpicos, se llamaban así porque moraban entre
    las nubes que cubrían la cima del monte Olimpo.
    Normalmente se trata de 12 Dioses, aunque dependiendo del
    autor estos 12 Dioses pueden variar. Entre ellos no
    había jerarquía, aunque sobre todos ellos
    dominaba un Dios supremo ZEUS.

  2. PRINCIPALES DIOSES

    Zeus es en la mitología griega, dios del
    cielo y soberano de los dioses olímpicos. Zeus
    corresponde al dios romano Júpiter.

    Según Homero, se consideraba a Zeus padre de
    los dioses y de los mortales. No fue el creador de los dioses
    y de los hombres; era su padre, en el sentido de protector y
    soberano tanto de la familia
    olímpica como de la raza humana. Señor del
    cielo, dios de la lluvia y acumulador de nubes blandía
    el terrible rayo. Su arma principal era la égida, su
    ave, el águila, su árbol, el roble. Zeus
    presidía a los dioses en el monte Olimpo, en Tesalia.
    Sus principales templos estaban en Dódona, en el
    Epiro, la tierra de los robles y del templo más
    antiguo, famoso por su oráculo, y en Olimpia, donde se
    celebraban los juegos
    olímpicos en su honor cada cuatro años. Los
    juegos de
    Nemea, al noroeste de Argos, también estaban dedicados
    a Zeus.

    Zeus era el hijo menor del titán Cronos y de
    la titánida Rea y hermano de las divinidades
    Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera. De
    acuerdo con uno de los mitos antiguos sobre el nacimiento de
    Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno de sus hijos,
    los devoraba cuando nacían. Al nacer Zeus, Rea
    envolvió una piedra con pañales para
    engañar a Cronos y ocultó al dios niño
    en Creta, donde se alimentó con la leche de
    la cabra Amaltea y lo criaron unas ninfas. Cuando Zeus
    llegó a la madurez, obligó a Cronos a vomitar a
    los otros hijos, que estaban deseosos de vengarse de su
    padre. Durante la guerra que sobrevino, los titanes lucharon
    del lado de Cronos, pero Zeus y los demás dioses
    lograron la victoria y los titanes fueron enviados a los
    abismos del Tártaro. A partir de ese momento, Zeus
    gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y
    Hades recibieron el poder
    sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres
    gobernaron en común la tierra.

    En la obra del poeta griego Homero, Zeus aparece
    representado de dos maneras muy diferentes: como dios de la
    justicia y
    la clemencia y como responsable del castigo a la maldad.
    Casado con su hermana Hera, es padre de Ares, dios de la
    guerra; de Hebe, diosa de la juventud;
    de Hefesto, dios del fuego, y de Ilitía, diosa del
    parto. Al
    mismo tiempo, se describen las aventuras amorosas de Zeus,
    sin distinción de sexo
    (Ganimedes), y los recursos
    de que se sirve para ocultarlas a su esposa Hera.

    En la mitología antigua son numerosas sus
    relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha
    obtenido descendencia. También sus metamorfosis en
    diversos animales para
    sorprender a sus víctimas, como su
    transformación en toro para raptar a Europa
    (véase Los toros y la mitología). En leyendas
    posteriores, en las que se introducen otros valores
    morales, se pretende mostrar al padre de los dioses a
    salvo de esta imagen
    libertina y lasciva. Sus amoríos con mortales se
    explican a veces por el deseo de los antiguos griegos de
    vanagloriarse de su linaje divino.

    En la escultura, se representa a Zeus como una
    figura barbada y de apariencia regia. La más famosa de
    todas fue la colosal estatua de marfil y oro, del escultor
    Fidias, que se encontraba en Olimpia.

  3. ZEUS

HERA

Hera es en la mitología griega, reina de los
dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, hermana y mujer del
dios Zeus. Hera era la diosa del matrimonio y la
protectora de las mujeres casadas. Era madre de Ares, dios de
la guerra, de Hefesto, dios del fuego, de Hebe, diosa de la
juventud, y de Ilitía, diosa del
alumbramiento.

Mujer celosa, Hera perseguía a menudo a las
amantes y a los hijos de Zeus. Nunca olvidó una injuria
y se la conocía por su naturaleza vengativa. Irritada
con el
príncipe troyano Paris por haber preferido a
Afrodita, diosa del amor, antes que a ella, Hera ayudó a
los griegos en la guerra de Troya y no se apaciguó hasta
que Troya quedó destruida. Se suele identificar a Hera
con la diosa romana Juno

HEFESTO

Hefesto, en la mitología griega, dios del fuego
y de la metalurgia,
hijo del dios Zeus y de la diosa Hera o, en algunos relatos,
sólo hijo de Hera. A diferencia de los demás
dioses, Hefesto era cojo y desgarbado. Poco después de
nacer lo echaron del Olimpo: según algunas leyendas, lo
echó la misma Hera, quien lo rechazaba por su
deformidad; según otras, fue Zeus, porque Hefesto se
había aliado con Hera contra él. En la
mayoría de las leyendas, sin embargo, volvió a
ser honrado en el Olimpo y se casó con Afrodita, diosa
del amor, o con Áglae, una de las tres gracias. Era el
artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y joyas.
Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna,
volcán siciliano. A menudo se identifica a Hefesto con
el dios romano del fuego, Vulcano. La Fragua de Vulcano es el
cuadro en el que Velázquez da su visión sobre los
dioses transformándolos en campesinos o artesanos
humanos

ÁRTEMIS O
ARTEMISA

Ártemis o Artemisa (mitología), en la
mitología griega, una de las principales diosas,
equivalente de la diosa romana Diana. Era hija del dios Zeus y
de Leto y hermana gemela del dios Apolo. Era la rectora de los
dioses y diosas de la caza y de los animales salvajes,
especialmente los osos, Ártemis era también la
diosa del parto, de la naturaleza y de las cosechas. Como diosa
de la luna, se la identificaba a veces con la diosa Selene y
con Hécate.

Aunque tradicionalmente amiga y protectora de la
juventud, especialmente de las muchachas, Ártemis
impidió que los griegos zarparan de Troya durante la
guerra de Troya mientras no le ofrecieran el sacrificio de una
doncella. Según algunos relatos, justo antes del
sacrificio ella rescató a la víctima, Ifigenia.
Como Apolo, Ártemis iba armada con arco y flechas, armas
con que a menudo castigaba a los mortales que la
ofendían. En otras leyendas, es alabada por proporcionar
una muerte dulce
y plácida a las muchachas jóvenes que mueren
durante el parto.

APOLO

Apolo (mitología), en la mitología
griega, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán.
Era también llamado Délico, de Delos, la isla de
su nacimiento, y Pitio, por haber matado a Pitón, la
legendaria serpiente que guardaba un santuario en las
montañas del Parnaso. En la leyenda homérica,
Apolo era sobre todo el dios de la profecía. Su
oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio
de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don
de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como
a la princesa troyana Casandra.

Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los
dioses tocando la lira. Era también un arquero diestro y
un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor
en los juegos olímpicos. Su hermana gemela,
Ártemis, era la guardiana de las muchachas, mientras que
Apolo protegía de modo especial a los muchachos.
También era el dios de la agricultura
y de la ganadería, de la luz y de la verdad, y
enseñó a los humanos el arte de la medicina.

Algunos relatos pintan a Apolo como despiadado y
cruel. Según la Iliada de
Homero, Apolo respondió a las oraciones del sacerdote
Crises para obtener la liberación de su hija del general
griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas
de pestilencia en el ejército griego. También
raptó y violó a la joven princesa ateniense
Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su
unión. Tal vez a causa de su belleza física, Apolo era
representado en la iconografía artística antigua
con mayor frecuencia que cualquier otra deidad.

ATENEA

Atenea, una de las diosas más importantes en la
mitología griega. En la mitología latina,
llegó a identificarse con la diosa Minerva,
también conocida como Palas Atenea. Atenea salió
ya adulta de la frente del dios Zeus y fue su hija favorita.
Él le confió su escudo, adornado con la horrorosa
cabeza de la gorgona Medusa, su 'égida' y el rayo, su
arma principal. Diosa virgen, recibía el nombre de
Parthenos ('la virgen'). En agradecimiento a que Atenea les
había regalado el olivo, el pueblo ateniense
levantó templos a la diosa, el más importante era
el Partenón, situado en la Acrópolis de
Atenas.

AFRODITA

Afrodita, en la mitología griega, diosa del
amor y la belleza, equivalente a la Venus romana. En la Iliada
de Homero aparece como la hija de Zeus y Dione, una de sus
consortes, pero en leyendas posteriores se la describe brotando
de la espuma del mar y su nombre puede traducirse como 'nacida
de la espuma'. En la leyenda homérica, Afrodita es la
mujer de Hefesto, el feo y cojo dios del fuego. Entre sus
amantes figura Ares, dios de la guerra, que en la
mitología posterior aparece como su marido. Ella era la
rival de Perséfone, reina del mundo subterráneo,
por el amor del
hermoso joven griego Adonis.

Tal vez la leyenda más famosa sobre Afrodita
está relacionada con la guerra de Troya. Eris, la diosa
de la discordia, la única diosa no invitada a la boda
del rey Peleo y de la nereida Tetis, arrojó resentida a
la sala del banquete una manzana de oro destinada "a la
más hermosa". Cuando Zeus se negó a elegir entre
Hera, Atenea y Afrodita, las tres diosas que aspiraban a la
manzana, ellas le pidieron a Paris, príncipe de Troya,
que diese su fallo. Todas intentaron sobornarlo: Hera le
ofreció ser un poderoso gobernante; Atenea, que
alcanzaría una gran fama militar, y Afrodita, que
obtendría a la mujer
más hermosa del mundo. Paris seleccionó a
Afrodita como la más bella, y como recompensa
eligió a Helena de Troya, la mujer del rey griego
Menelao. El rapto de Helena por Paris condujo a la guerra de
Troya.

HADES

Hades, en la mitología griega, dios de los
muertos. Era hijo del titán Cronos y de la
titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando
los tres hermanos se repartieron el universo
después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades
le fue concedido el mundo subterráneo. Allí, con
su reina, Perséfone, a quien había raptado en el
mundo superior, rigió el reino de los muertos. Aunque
era un dios feroz y despiadado, al que no aplacaba ni plegaria
ni sacrificio, no era maligno. En la mitología romana,
se le conocía también como Plutón,
señor de los ricos, porque se creía que tanto las
cosechas como los metales
preciosos provenían de su reino bajo la
tierra.

El mundo subterráneo suele ser llamado Hades.
Estaba dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos
entran en cuanto mueren, y Tártaro, la región
más profunda, donde se había encerrado a los
titanes. Era un lugar oscuro y funesto, habitado por formas y
sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro
de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos
separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el
anciano barquero Caronte conducía a las almas de los
muertos a través de estas aguas. En alguna parte, en
medio de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el
palacio de Hades. Se representaba como un sitio de muchas
puertas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros, situado en
medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. En
posteriores leyendas se describe el mundo subterráneo
como el lugar donde los buenos son recompensados y los malos
castigados

POSEIDÓN

Poseidón, en la mitología griega, dios
del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea,
y hermano de Zeus y Hades. Poseidón era marido de
Anfitrite, una de las nereidas, con quien tuvo un hijo,
Tritón. Poseidón, sin embargo, tuvo otros
numerosos amores, especialmente con ninfas de los manantiales y
las fuentes, y fue padre de varios hijos famosos por su
salvajismo y crueldad, entre ellos el gigante Orión y el
cíclope Polifemo. Poseidón y la gorgona Medusa
fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo
alado.

Poseidón desempeña un papel importante
en numerosos mitos y leyendas griegos. Disputó sin
éxito
con Atenea, diosa de la sabiduría, por el control de
Atenas. Cuando Apolo, dios del sol, y él decidieron
ayudar a Laomedonte, rey de Troya, a construir la muralla de la
ciudad, éste se negó a pagarles el salario
convenido. La venganza de Poseidón contra Troya no tuvo
límites. Envió un terrible
monstruo marino a que devastara la tierra y, durante la guerra
de Troya, se puso de lado de los griegos.

El arte representa a Poseidón como una figura
barbada y majestuosa que sostiene un tridente y a menudo
aparece acompañado por un delfín, o bien montado
en un carro tirado por briosos seres marinos. Cada dos
años, los Juegos Ístmicos, en los que
había carreras de caballos y de carros, se celebraban en
su honor en Corinto. Los romanos identificaban a
Poseidón con su dios del mar, Neptuno.

ARES

Ares, en la mitología griega, dios de la guerra
e hijo de Zeus, rey de los dioses, y de su esposa Hera. Los
romanos lo identificaban con Marte, también un dios de
la guerra. Agresivo y sanguinario, Ares personificaba la brutal
naturaleza de la guerra, y era impopular tanto para los dioses
como para los seres humanos. Entre las deidades asociadas con
Ares estaban su consorte, Afrodita, diosa del amor, y deidades
menores como Deimo (temor) y Fobo (terror), que lo
acompañaban en batalla. Aunque feroz y belicoso, Ares no
era invencible, ni siquiera frente a los mortales.

El culto de Ares, que se creía originario de
Tracia, no estaba muy difundido en la antigua Grecia y, donde
existía, carecía de significación social o
moral. Ares
era una deidad ancestral de Tebas y tenía un templo en
Atenas, al pie del Areópago o colina de Ares

3.2 DIOSES MENORES

Al igual que los dioses mayores aceptados por todos
los hombres, aparecían junto a estos diversas
divinidades menores cuyo culto poseía menor
extensión. Entre estas divinidades podemos encontrar a
los siguientes:

HESTÍA: o Vesta para los romanos. Es la
diosa del hogar, permanece virgen, protectora de la familia, se
identifica con el fuego hogareño.

HÉCATE: Es la diosa de las encrucijadas
y los caminos, asociada a la luna y al mundo tenebroso de las
sombras y los muertos.

HELIOS: Es el Sol. Su culto está poco
extendido solapado por el culto al dios Febo.

SELENE: Es la Luna. Su persona es
absorbida por el culto a la diosa Artemisa.

PAN: Hijo de Hermes, dios de los espacios
agrestes, al margen de la civilización. Tiene cuerpo y
patas de macho cabrío.

ILITÍA: Es la diosa del nacimiento,
acude en ayuda de las jóvenes parturientas.

          
También había divinidades menores que se
representaban en grupos de mayor o menor extensión: a
veces en trío  como las Morías( o Parcas) ,
las Cárites ( o Gracias) , las Gorgona o las Horas. Las
Musas eran 9. Las Linfas son incontables, al igual que los
Sátiros, Titanes o Gigantes:

MOIRAS: Son las diosas del nacimiento humano y
del destino. La primera es la que hila el hilo de la vida, la
segunda hace con él el ovillo y la tercera es la que lo
corta inesperadamente cuando quiere.

GRACIAS: Son las diosas de la belleza, el
encanto y la alegría.

HORAS: Son los genios de la vegetación que correspondían a los
tres momentos del desarrollo de las plantas(
nacimiento, crecimiento y fructificación).

MUSAS: Son las diosas del canto, de la
poesía, las artes y las ciencias.

IV. MITOLOGÍA
ROMANA

La mitología romana, es decir las
creencias mitológica de los habitantes de la Antigua
Roma, puede
considerarse formada por partes. La primera, principalmente
tardía y literaria, consiste en préstamos
completamente nuevos procedentes de la mitología griega.
La otra, mayoritariamente antigua y cúltica, funcionaba
en formas muy diferentes a las de equivalente
griega.

  1. Naturaleza de los antiguos mitos
    romanos

Los romanos no tenían relatos secuenciales sobre
sus dioses comparables a la Titanomaquia o la seducción de
Zeus por Hera, hasta que sus poetas comenzaron a adoptar los
modelos
griegos en el último lapso de tiempo de la
república romana. Lo que sí tenían, sin
embargo, era:

  • Un sistema muy
    desarrollado de rituales, escuelas sacerdotales y panteones de
    dioses relacionados;
  • Un rico conjunto de mitos históricos sobre la
    fundación y auge de su ciudad por parte de actores
    humanos con ocasionales intervenciones divinas.
  1. El modelo
    romano incluía una forma muy diferente a la de los
    griegos de definir y concebir a los dioses. Por ejemplo, en
    la mitología griega Deméter era caracterizada
    por una historia muy conocida sobre su dolor por el rapto
    de su hija Perséfone a manos de Hades. Los antiguos
    romanos, por el contrario, concebían a su
    equivalente Ceres como una deidad con un sacerdote oficial
    llamado flamen, subalterno de los flamines de
    Júpiter, Marte y Quirino, pero superior a los de
    Flora y Pomona. También se le consideraba agrupado
    en una tríada con otros dos dioses agrícolas,
    Liber y Libera, y se sabía la relación de
    dioses menores con funciones
    especializadas que le asistían: Sarritor
    (escardado), Messor (cosecha), Convector (transporte), Conditor (almacenaje), Insitor
    (siembra) y varias docenas más.

    Así pues, la «mitología»
    romana arcaica, al menos en los referente a los dioses, no
    estaba formada por relatos sino más bien el
    entrelazamiento y las complejas interrelaciones entre
    dioses y humanos.

    La religión original de los primeros
    romanos fue modificada por la adición de numerosas y
    contradictorias creencias en épocas posteriores, y
    por la asimilación de grandes porciones de la
    mitología griega. Lo poco que se sabe sobre la
    religión romana primitiva no es gracias a relatos de
    la época sino a escritores posteriores que buscaron
    preservar las viejas tradiciones del olvido en el que
    estaban cayendo, como el estudioso del siglo I adC Marco
    Terencio Varrón. Otros escritores clásicos,
    como el poeta Ovidio en sus Fastos
    (‘calendario’), fueron fuertemente influidos
    por los modelos helenísticos, y en sus obras se
    recurre con frecuencia a las creencias griegas para
    rellenar los huecos de las tradiciones romanas.

  2. 4.1 MITOLOGÍA ANTIGUA SOBRE LOS
    DIOSES

    En contraste con la escasez
    del material narrativo sobre los dioses, los romanos
    tenían una rica panoplia de leyendas sobre la
    fundación y primera expansión de su propia
    ciudad. Además de estas tradiciones de origen
    mayoritariamente local, a este surtido se injertó
    material procedente de las leyendas heroicas griegas en una
    época temprana, haciendo por ejemplo a Eneas
    antepasado de Rómulo y Remo.

    La Eneida y los primeros libros
    de Livio son las mejores fuentes exhaustivas para esta
    mitología humana.

    V.
    DIOSES ROMANOS

  3. 4.2 MITOLOGÍA ANTIGUA SOBRE LA HISTORIA
    ROMANA

El ritual romano distingue claramente dos clases de
dioses, los di indigetes y los di novensides o novensiles. Los
indigetes eran los dioses nacionales protectores del Estado y los
títulos de los primeros sacerdotes, así como las
festividades fijas del calendario, indicaban sus nombres y
naturaleza; treinta de esos dioses eran venerados en festivales
especiales. Los novensides fueron divinidades posteriores cuyos
cultos se introdujeron ya en el periodo histórico. Las
primeras divinidades romanas incluían, además de
los di indigetes, una serie de dioses, cada uno de los cuales
protegía una actividad humana y cuyo nombre se invocaba
cuando se ejecutaba dicha actividad, la cosecha, por ejemplo.
Fragmentos de un viejo ritual que acompañaba actos tales
como arar o sembrar revelan que en cada fase de la
operación se invocaba una divinidad diferente, cuyo nombre
derivaba regularmente del verbo correspondiente a la acción
que se realizaba. Esas divinidades pueden agruparse bajo el
término general de dioses auxiliares o subalternos, a
quienes se invocaba junto con las divinidades mayores. El
primitivo culto romano no era tanto politeísta como
polidemonista: adoración a los seres invocados por sus
nombres y funciones, y el numen o poder de cada divinidad se
manifestaba de maneras muy especializadas.

El carácter de los indigetes y sus festivales
muestran que el primitivo pueblo romano no era sólo una
comunidad
agrícola sino que también practicaba la lucha y la
guerra. Los dioses representaban claramente las necesidades
prácticas de la vida cotidiana, tales como las
sentía la comunidad romana a la cual ellos
pertenecían. Estaban escrupulosamente acordados los ritos
y las ofrendas que
se consideraban adecuadas. Así, por ejemplo, Jano y Vesta
guardaban las puertas y el hogar, los lares protegían el
campo y la casa, Pales, los ganados, Saturno, la siembra, Ceres,
el crecimiento de los cereales, Pomona, los frutos, y Consus y
Ops, las cosechas. Hasta el majestuoso Júpiter, el
soberano de los dioses, era venerado por la ayuda que sus lluvias
podían dar a las granjas y a los viñedos. En un
sentido más amplio se le consideraba como el que
tenía el poder sobre el rayo, era el encargado de regir la
actividad humana y, dado su poder omnímodo,
protegía a los romanos en sus actividades militares en las
fronteras de su propia comunidad. En los primeros tiempos
sobresalían los dioses Marte y Quirino, a menudo
identificados entre sí. Marte era un dios protector de los
jóvenes y de sus actividades, especialmente de la guerra;
se lo honraba en marzo y en octubre. Los modernos investigadores
piensan que Quirino era el patrono de la comunidad armada en
tiempo de paz.

JANO

En la mitología romana, dios de las puertas y
también de los comienzos, que según los romanos
aseguraba buenos finales. Su principal templo en el
Foro romano tenía
puertas que daban al este y al oeste, hacia el principio y el
final del día, y entre ellas se situaba su estatua, con
dos caras, cada una mirando en direcciones opuestas. En todos los
hogares se le dirigía la plegaria matutina, y en toda
tarea doméstica se buscaba su asistencia. Como dios de los
comienzos, se lo invocaba públicamente el primer
día de enero (januarius), el mes que deriva de su nombre
porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también
al comenzar una guerra, y mientras esto durara, las puertas de su
templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en
paz, las puertas se cerraban. Jano no tiene equivalente en la
mitología griega.

VESTA

En la mitología romana, diosa del hogar, venerada
en un ámbito doméstico como una divinidad casera.
El santuario público más importante dedicado a
Vesta era su templo redondo en el Foro romano, cuyo fuego,
según se decía, lo había llevado desde Troya
Eneas, el legendario fundador de Roma. El santuario era
símbolo de la seguridad de la
ciudad y lo custodiaban permanentemente seis vírgenes
vestales, sacerdotisas que conservaban encendido el fuego y que
servían durante periodos de treinta años sometidas
a severas reglas. A principios de junio de cada año se
celebraban fiestas en honor de Vesta, llamadas Vestalia. En
cuanto a su imagen, la diosa era asociada con las llamas de su
fuego. Su equivalente griega era Hestia.

LARES

En la mitología romana, divinidades tutelares de
las encrucijadas y de las regiones campesinas; también, y
más habitualmente, dioses del hogar. Se veneraba a los
lares compitales en el compitum, ‘encrucijadas’ donde
se reunían cuatro parcelas de una propiedad.

Según algunos modernos investigadores, los lares
familiares, o ‘dioses del hogar’, que se
distinguían claramente de los lares compitales,
habrían sido espíritus divinizados de los
antepasados muertos, a quienes se veneraba como espíritus
divinos en contraste con los malignos verdugos, las larvae; de
acuerdo con la teoría
ampliamente aceptada, los lares del hogar eran también
originalmente espíritus de los campos cultivados y
sólo más tarde se les atribuyeron funciones
domésticas. El lar familiaris, ‘espíritu
guardián del hogar’, era el centro del culto
familiar, y los escritores romanos solían emplear la
palabra lar con el significado de ‘hogar’. Durante el
periodo de la República Romana cada hogar tenía
sólo un lar familiaris, pero bajo el Imperio Romano se
veneraban regularmente dos lares, que llegaron a identificarse
con los penates.

La religión oficial del Estado incluía el
culto de los ‘lares públicos’ o lares
praestites, guardianes de la ciudad, que tenían un templo
y un altar en la vía Sacra, cerca del monte
Palatino.

SATURNO

En la mitología romana, antiguo dios de la
agricultura. En leyendas posteriores se lo identifica con el dios
griego Cronos, quien, después de haber sido destronado por
su hijo Zeus (en la mitología romana, Júpiter),
huyó a Italia, donde
gobernó durante la edad de oro, un tiempo de paz y
felicidad completas. Durante las fiestas llamadas saturnales,
cada 17 de diciembre se rememoraba la edad de oro durante siete
días. Todas las actividades se suspendían y se
postergaban ejecuciones y operaciones
militares. Era un periodo de buena voluntad, dedicado a los
banquetes y al intercambio de visitas y regalos. Un rasgo
peculiar de este festival era la libertad que se daba a los
esclavos, quienes durante este tiempo ocupaban el sitio
preferencial en la mesa familiar y eran servidos por sus
amos.

Saturno era el marido de Ops, diosa de la abundancia.
Además de Júpiter, que era soberano de los dioses,
entre los hijos de Saturno figuraban Juno, diosa del matrimonio;
Neptuno, dios del mar; Plutón, dios de los muertos y
Ceres, diosa de los cereales. En el arte, se suele representar a
Saturno con barba, sosteniendo una hoz y una espiga de
trigo.

CERES

En la mitología romana, diosa de la agricultura.
Ella y su hija Proserpina eran equivalentes a las diosas griegas
Deméter y Perséfone. La creencia griega de que su
júbilo al reunirse con su hija cada primavera hacía
que la tierra produjera frutos y granos en abundancia fue
introducida en Roma en el siglo V a.C., y su culto se
volvió sumamente popular, sobre todo entre los plebeyos.
La palabra cereal deriva de su nombre. Su festividad más
importante, las Cerealia, se celebraba del 12 al 19 de
abril.

JÚPITER

En la mitología romana, soberano de los dioses,
hijo del dios Saturno, a quien derrocó. Originalmente dios
del cielo y rey del firmamento, Júpiter era venerado como
dios de la lluvia, el rayo y el relámpago. Como protector
de Roma se lo llama Júpiter Optimus Maximus (el mejor y
más alto) y se lo veneraba en un templo sobre el monte
Capitolino. Como Júpiter Fidius era guardián de la
ley, defensor
de la verdad y protector de la justicia y la virtud. Los romanos
identificaban a Júpiter con Zeus, el dios supremo de los
griegos, y asignaban al dios romano los atributos y mitos de la
divinidad griega; el Júpiter de la literatura latina, por
tanto, tiene muchas características griegas, pero el
Júpiter del culto religioso romano se mantuvo
esencialmente libre de la influencia griega. Con las diosas Juno
y Minerva, Júpiter formaba la tríada que
constituía el culto central del Estado romano.

MARTE

En la mitología romana, dios de la guerra, hijo
de Júpiter, rey de los dioses, y de su mujer, Juno. Una de
las deidades romanas más importantes, se consideraba a
Marte el padre del pueblo romano, porque era padre de
Rómulo, el legendario fundador de Roma. Originalmente un
dios del año, especialmente de la primavera, los romanos
identificaban a Marte con el dios griego de la guerra, Ares. Los
nombres del día martes y del mes de marzo derivan del
nombre de este dios. Artísticamente suele ser representado
joven y vigoroso, con coraza, casco, escudo y yelmo, aunque en
ocasiones aparezca de forma poco convencional, caso del Marte de
Velázquez que se halla en el Museo del Prado de Madrid.

QUIRINO

En la primitiva mitología romana, dios de la
guerra venerado por las sabinas. En la mitología romana
posterior, se identificaba a Quirino con el divinizado
Rómulo, legendario fundador de Roma.

VI.
COMPARACIONES ENTRE DIOSES GRIEGOS Y ROMANOS

NOMBRE
GRIEGO

NOMBRE
ROMANO

PAPEL EN LA
MITOLOGÍA

Afrodita

Venus

Diosa de la belleza y del deseo sexual (en la
mitología romana, diosa de los campos y
jardines)

Apolo

Febo

Dios de la profecía, la medicina y la
arquería (mitología grecorromana posterior:
dios del Sol)

Ares

Marte

Dios de la guerra

Artemisa

Diana

Diosa de la caza (mitología grecorromana
posterior: diosa de la Luna)

Asclepio

Esculapio

Dios de la medicina

Atenea

Minerva

Diosa de las artes y oficios, y de la guerra;
auxiliadora de los héroes (mitología
grecorromana posterior: diosa de la
razón)

Cronos

Saturno

Dios del cielo; soberano de los titanes
(mitología romana: dios de la
agricultura)

Démeter

Ceres

Diosa de los cereales

Dionisio

Baco

Dios del vino y de la
vegetación

Eros

Cupido

Dios del amor

Gaya

Tierra

Madre Tierra

Hefesto

Vulcano

Dios del fuego; herrero de los dioses

Hera

Juno

Diosa del matrimonio y de la fertilidad;
protectora de las mujeres casadas; reina de los
dioses

Hermes

Mercurio

Mensajero de los dioses; protector de los
viajeros, ladrones y mercaderes

Hestia

Vesta

Guardiana del hogar

Hipnos

Sueño

Dios del sueño

Hades

Plutón

Dios de los mundos subterráneos;
señor de los muertos

Poseidón

Neptuno

Dios de los mares y de los terremotos

Rea

Ops

Esposa de Cronos/Saturno; diosa madre

Urano

Urano

Dios de los cielos; padre de los
titanes

Zeus

Júpiter

Soberano de los dioses
olímpicos

  1. Estas leyendas o mitos como ya se indicó,
    servían para explicar la realidad que rodeaba a los
    hombres en un momento determinado. Algunos de estos mitos
    explicaban el origen de diversos elementos tales como flores,
    plantas, animales, objetos…Por ello se relatarán
    algunas de las más bellas e interesantes fábulas mitológicas.

    7.1 MEDUSA

    En la mitología griega, Medusa era un
    monstruo femenino cuya mirada convertía a la gente en
    piedra.

    Algunas referencias clásicas la describen
    como una de las tres hermanas Gorgonas, la única
    mortal de ellas. Medusa, Esteno y Euríale eran
    despiadados monstruos de manos metálicas, colmillos
    afilados y cabellera de serpientes venenosas vivas, lo que
    indicaba su naturaleza ctónica. Las Gorgonas y sus
    otras hermanas las Greas (y posiblemente las
    Hespérides) eran hijas de Forcis y Ceto.

    En la versión más conocida del mito,
    Medusa era originalmente una hermosa mujer humana.
    Poseidón se enamoró de ella, y la sedujo (o
    violó) en un templo dedicado a Atenea. Ambos dioses
    eran rivales desde que compitieran por el patronazgo de
    Atenas y los habitantes de la ciudad prefiriesen el olivo de
    Atenea a la fuente o los caballos de
    Poseidón.

    Tras descubrir la profanación de su templo,
    Atenea transformó a Medusa como castigo hasta tener la
    misma forma de sus hermanas Gorgonas. Sus cabellos se
    convirtieron en serpientes y su mirada tenía el poder
    de petrificar a cualquier criatura viva (según algunas
    versiones, fue Afrodita quien, celosa de su cabellera, la
    cambió por serpientes). Fue desterrada allende las
    tierras hiperbóreas.

    Mientras Medusa estaba embarazada de
    Poseidón, fue decapitada por el héroe Perseo
    con la ayuda de Atenea y Hermes. De la sangre que
    cayó al suelo o,
    según las versiones, de su cuello brotó su
    descendencia: el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor.
    Perseo usó la cabeza de Medusa para rescatar a
    Andrómeda, matar a Polidectes y, en algunas versiones,
    petrificar al titán Atlas. Entonces se la
    ofreció a Atenea, quien la colocó en su escudo,
    la égida.

    Según cuenta Pausanias en el libro II de su
    Descripción de Grecia, dedicado a
    Corinto, el mito de Medusa es una versión novelada de
    la historia de una reina quien, después de la muerte
    de su padre, habría recogido ella misma el cetro,
    gobernando a sus súbditos cerca del lago Tritonide, en
    Libia. Habría muerto de noche durante una
    campaña contra Perseo, un príncipe del
    Peloponeso.

    7.2 PROMETEO ENCADENADO

    Prometeo es conocido en la mitología griega
    como benefactor de la humanidad, hijo del titán
    Jápeto y la titánide Temis. El mito de Prometeo
    es uno de los más conocidos, no sólo
    había engañado a los dioses haciendo que
    recibieran la peor parte de cualquier animal sacrificado y
    los seres humanos la mejor (en una pila, Prometeo
    colocó las partes comestibles de un buey y las
    recubrió con el vientre del animal, en otra puso los
    huesos y los
    cubrió con grasas; al
    pedirle a Zeus que eligiese entre las dos, el dios opto por
    la grasa y se sintió muy disgustado al descubrir que
    esta cubría pila de huesos), sino que también
    había robado el fuego para entregárselo a los
    mortales. Prometeo roba el fuego telúrico, aquel que
    surge de los volcanes,
    de la forja de Hefesto, introduciéndolo en una
    caña. Por este acto es que Zeus lo castiga a
    permanecer eternamente encadenado a una roca del
    Cáucaso, que según Hesíodo, el padre de
    los dioses

    queriendo destruir la raza humana y la había
    privado del fuego. Etimológicamente, el nombre del
    titán proviene de "Pro", antes y "Metheus", cuidado,
    previsor. Es Prometeo, que sacando a la humanidad en la
    oscuridad que se hallaba, ha traído el fuego que
    libera del miedo y permite el progreso. Asciende así a
    la categoría de un titán mártir que se
    enfrenta a un dios todopoderoso, arbitrario e injusto. "Por
    mi propia voluntad, por mi voluntad erré. No voy a
    negarlo. Por defender a los mortales, yo mismo
    encontré mis tormentos" (v. 266-267). Comete un error
    (hamartía) que se castiga con la tortura de soportar,
    parado en una desolada roca, los ataques continuos del
    águila de Zeus que le devora cada día el
    hígado el cual se vuelve a renovar durante la noche, y
    según la expresión de Esquilo, llega al saber a
    través de la experiencia dolorosa, necesaria para la
    adquisición de toda sabiduría. Pero hay un
    vínculo entre los dos personajes centrales de la obra:
    Prometeo y Zeus, aunque este último no aparezca, es a
    él que Prometeo se dirige cuando habla; y es que
    Prometeo conoce el destino.

    Esto sucede en Prometeo liberado, obra que no se
    pudo encontrar y sería la continuación de
    Prometeo encadenado, la trilogía se completaría
    con Prometeo portador del fuego que también se
    perdió. Este tema del secreto es el tema central que
    constituye el eje por donde giran todos los personajes de la
    primera parte.

    7.3 CIPARISO- CIPRÉS

    En los campos de Cartea había un ciervo
    consagrado a las ninfas. Éstas lo cuidaban mucho pero
    el que más lo amaba era Cipariso, el más bello
    de la isla de Cos. Un día fatigado el ciervo se echa
    en la hierba a la sombra. Cipariso sin reconocerlo le lanza
    una jabalina matándolo. Al acercarse le reconoce y se
    desespera. El dios Apolo intenta consolarle. Las
    lágrimas abundantes ajaron sus facciones, sus cabellos
    se encanecieron y se elevaron al cielo formando una
    pirámide. Desde entonces estará presente en
    duelos y será compañero de las personas
    afligidas.

    7.4 JACINTO-FLOR

    Un día Jacinto( príncipe espartano)
    quiere jugar con el dios Apolo. Apolo tira primero el disco
    con mucha destreza, enviándolo muy lejos. Jacinto
    intenta lanzar el disco, pero es tan torpe que el disco se
    suelta y le da en pleno rostro( hay versiones que dicen que
    el disco se desvió por causa del viento del oeste que
    estaba prendado del joven). La herida es mortal y Apolo no
    puede ayudarle, por ello promete que su sangre formará
    una flor parecida a la azucena, excepto en su color, que
    recordará el dolor del dios.

    7.5 DAFNE – LAUREL

    Apolo se interesa por la ninfa Dafne, hija del
    río Peneo. Este interés se debe a que Apolo
    había estado molestando a Cupido y éste para
    vengarse había disparado dos flechas, una amorosa para
    Apolo y otra desdeñosa para Dafne. Apolo la
    perseguía intentando conquistarla pero Dafne
    huía de él . Finalmente Dafne llega a las
    riberas de su padre y le ruega ayuda. Entonces su cuerpo se
    cubre de corteza, sus pies se hacen raíces y sus
    brazos y cabellos son ramas cubiertas de hojaresca,
    convirtiéndose en un bello árbol, el laurel.
    Apolo decidió que ya que Dafne no podía ser su
    mujer,  sería  su árbol predilecto,
    hon4ra de las victorias y triunfos y que siempre
    conservaría su color verde.

    7.6 ECO- VOZ/ NARCISO- FLOR

    Narciso era un joven de mucha hermosura que
    desdeñaba a hombres y mujeres. Un día
    salió a cazar y Eco( amante de Zeus y castigada por
    Hera a expresar sólo las últimas palabras de lo
    que quisiera expresar) le ve y se enamora de él,
    siguiéndole sin que él se diera cuenta pues
    quería hablarle pero no podía. Como estaba solo
    grita para ver donde estaban sus compañeros y entonces
    oye la dulce voz de Eco que repite todo lo que él
    dice. Finalmente se encuentran y Narciso queda desilusionado
    y huye de ella menospreciándola. Eco desea que cuando
    él se enamore se desespere tanto como ella ahora. La
    Venganza oye a Eco y la ayuda. Narciso se asoma a una 
    fuente y ve su reflejo, Cupido entonces le clava una flecha y
    hace que Narciso se enamore de su reflejo,
    desesperándose pues no puede amarse a si mismo. Poco a
    poco , Narciso comienza a cambiar y se transforma en una flor
    hermosísima que se contempla en la fuente. Se dice que
    después de lo ocurrido a Narciso, Eco cae rota de amor
    por él. Sus hermanas le lloraban y Eco les
    respondía pero no encontraban su cuerpo. Pero
    aún a Eco se la escuchaba repitiendo las
    últimas palabras humanas por todo el mundo.

    7.7 ARACNE- ARAÑA

    Existía una muchacha, Aracne, que era muy
    hábil tejiendo. Aracne reta a la misma Atenea y dice
    que lo hace mejor que ella. Atenea en principio toma el
    aspecto de una viejecita y se presenta ante Aracne intentando
    aconsejarla y persuadirla, pero Aracne la rechaza y le pide
    que retome su verdadero aspecto. Atenea enojada acepta el
    reto de ver quien teje mejor. Las dos hacen unas cosas muy
    bellas y perfectas. En el centro del lienzo Atenea retrata a
    varios dioses, señalando su descomunal poder y en las
    cuatro esquinas del lienzo representa castigos impuestos por
    los dioses a ciertas personas. Aracne por su parte representa
    todos los engaños cometidos por los dioses para
    enamorar, engañar y raptar a las ninfas. Atenea trata
    de encontrar algún error sin éxito. Furiosa lo
    rompe y castiga a Aracne transformándola en
    araña para que siempre haga lo que se le da muy bien:
    tejer hilo.

  2. VII.
    LEYENDAS

    Los mitos y dioses de la antigua
    Grecia nacieron allá por el año 2000 a.C., pero
    siguen siendo muy conocidos. Había dioses relacionados
    con cada aspecto de la existencia humana, desde el nacimiento
    hasta la muerte. Incluso los árboles, los ríos o el bosque
    tenían sus propios espíritus. Y estos se
    relacionaban con héroes, monstruos y seres
    sobrenaturales. En los mitos griegos, hasta los dioses
    más poderosos tenían amoríos y
    discusiones, como la gente normal; pero, en su caso, las
    consecuencias solían ser más
    graves…

    Existen versiones diferentes de todos
    estos mitos, pero la mayor parte de las historias nos
    dan la misma idea de los dioses: eran apasionados y, a
    menudo, luchaban entre sí; a veces participaban en
    batallas humanas…

    Según la Mitología Griega los dioses
    gobernaron el mundo es más dicen según la
    teoría griega que ellos crearon a los seres
    humanos…

    También los romanos influenciaron en los
    griegos, luego de dominarlos quisieron también ser
    dueños del mundo por ello se apropiaron de la imagen
    de los dioses dándole nombres
    nuevos…

    Los antiguos romanos se veían
    a sí mismos como amos y señores del mundo. En
    su mitología, la creación de Roma era
    aún más importante que la creación del
    universo…

    A pesar de todo, estos dioses y
    diosas, se hicieron populares en Grecia y Roma. El cristianismo comenzó a imponerse. En el
    año 392 se convirtió en la única
    religión oficial de Roma.

  3. CONCLUSIONES

  4. BIBLIOGRAFÍA

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    caras",
    1992, Republica
    Argentina, Editorial Efe.
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  • Mircena Eliade, "Mito y Realidad", 1968,
    Madrid, Editorial Masson.
  • Kirk, "Mitos en la
    psicología
    primitiva", 1926, Londres,
    Editorial Candel.
  • Ernst, Lassirer, "Antropología
    Filosófica", 1945,
    Méjico DF, Editorial Efe.
  • Vermant, Jean Pierre, "Los Orígenes del
    Pensamiento Griego"
    , 1986, Argentina, Editorial
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  • José García López, "La
    Religión Griega",
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  • Dorotea Coenen, "Diccionario de la Mitología Griega y
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    Francia, Editorial French&European
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  • Michael Gibson, "Monstruos, Dioses y Hombres de
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    1986,
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  • Claudia Herrero, Fabiola Quiñónez y
    Carla Rojas. Fecha de consulta: 23/05/02
  • www. Monografías.com
  • www.ricondelvago.com

 

Juan Edzon Zevallos Cóndor

Lima – Perú

Partes: 1, 2
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